Después de un receso laboral de un año, Arequipa fue el escenario perfecto para el nacimiento de ACOMPAÑARTE, y la naturaleza avaló tal acontecimiento al regalarnos la nieve tan ansiada por todos los lugareños y desde luego por nosotros, para vestir de gala el Misti, el Chachani y el Pichu Pichu como no lo hacía desde mucho tiempo atrás.
No puedo más que asombrarme al ver que existen instituciones educativas en las que a niños desde 3 años ya se les impone matriculas condicionales, en las que sentencian a estos a cumplir con ciertos requisitos, con plazos de tiempo para que se ¨nivelen¨ y puedan seguir con las reglas que dichas instituciones les imponen. Esta situación genera estragos no solo intelectuales si no emocionales en los niños, sus padres y profesores. Esto despierta muchas interrogantes en cuanto al logro de la inclusión educativa.
Pero para que todo esto se pueda concretar se debe empezar por algo elemental. Aceptar que no somos dueños del conocimiento, por lo tanto enseñar con humildad. Establecer que más que educadores somos acompañantes durante los distintos procesos que ocurren en las personas. Por lo tanto como acompañantes también recibiremos enseñanzas de parte del otro produciéndose un hermoso intercambio, en donde ambas partes se enriquecen y evolucionan como seres humanos. Esto significa establecer lineamientos que estén paralelos a nuestra intuición, amor y creatividad. De esta forma creo que si se realizará una educación con inclusión. Pero para ello debemos dejar de lado nuestros egos y reconocer que tal vez hay algo en nuestras metodologías que no está funcionando como lo podemos apreciar en estos últimos tiempos.
Malena Hughet
1 comentario:
Acertado punto vista desde mi parecer y conocimientos. No todos aprenden de la misma manera. Por ello para enseñar es necesario tener sensibilidad y humildad. Humildad sobretodo porque al enseñar tambien se aprende y sin humildad es dificil percatarse de esto último y asimilarlo.
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