jueves, 26 de noviembre de 2009

¿Dónde puedo encontrar a Dios?



Hace un tiempo atrás creía que lo encontraría asistiendo a alguna iglesia, o algún grupo religioso. Después creí que viajando a la India o a Israel. Tal vez desligándome del mundo  en el que vivo y meditando todo el día hasta perderme en Él. Pensé en unirme a grupos meditativos. Otra opción sería morir y al fin acabar con esta incertidumbre y descubrir al fin quien era Él o si todos mis pensamientos habrían sido en vano ya que en realidad no existe nada más que mi ridícula existencia.

En realidad he hecho de todo un poco, menos morir. Pero lo único que he podido descubrir de todo mis pequeños pasos hasta ahora, es que un día le pregunté a Dios en un momento desesperado ¿Por qué me has abandonado? ¿Por qué me haces esto? Y su respuesta fue breve y precisa:
- Pero si he estado contigo siempre, sigo y seguiré, pero tú no me ves nunca. Ya sea por que estás ciega, no me quieres ver o no sabes como hacerlo, por que tú miedo es más grande que tú deseo.

Al día siguiente al lavar la ropa blanca, deduje que esta era como el espíritu y sus manchas el sufrimiento causado por mí misma, el agua el instrumento divino que haría que mi espíritu se pueda limpiar y la acción misma era la comunión con Dios. Después me pregunté: ¿pero hay manchas que no salen? La respuesta intuitiva e instantánea fue muy simple, esas manchas son las experiencias más difíciles de la vida que son inevitables tener que vivirlas por una razón sencilla y es que  ellas son nuestro aprendizaje más difícil y las que no olvidaremos nunca por que fueron significativas en nuestra evolución como seres divinos. Ellas permanecen a veces en la ropa para no olvidarnos nunca de caminar con humildad y gratitud en esta vida.

A partir de ahí, durante el día me esfuerzo por estar en comunión constante con Dios a través de mis actos cotidianos. Y ahora comprendo mejor las palabras con las que me habló, aunque es muy difícil y aún me falta mucho. Escribo esto por que  tal vez puede ayudar a muchas personas que se encuentran en su búsqueda, y para no olvidarme nunca. Tal vez lo que me falte es dejar de seguir creyendo que Dios es algo separado de mi existencia, muy lejano. Tal vez el día que sienta que los dos estamos sentados en la misma silla observando el mismo espectáculo, así seré uno solo con Él. 
¿Cuánto falta?........

Malena Hughet


2 comentarios:

Rolando.pe dijo...

Que bonita y sentida reflexión. Me gustó la metafora de la ropa. Excelente.

MARILEYS REVOLLO dijo...

marileys revollo figueroa

hace tiempo vivo la misma experiencia
gracias¡¡¡¡ por escribirla, esto hace que pensemos en que no soy la unica ....

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